LAS BREVES PALABRAS - VIII




LA AMISTAD

Mis breves palabras de hoy parten de un párrafo que forma parte de lo que expresé en el último programa del 10 de abril, cuando el tema era Internet.

Entonces decía que: “En cierta ocasión, alguien alardeaba de tener 500 amigos gracias a las infalibles redes sociales. Como considero imposible que nadie pueda tener ni atender a tantos amigos, opté por no ser nunca su amigo 501. Para mí la amistad tiene un carácter casi sagrado -continuaba diciendo entonces- pues la considero un sentimiento fundamental que requiere compromiso, responsabilidad, sinceridad, respeto, cuidado y mucho amor, para que pueda perdurar en el tiempo y sea capaz de resistir y superar malentendidos de cualquier tipo. Un amigo no es el que siempre te complace sino el que también es capaz, justamente porque te considera su amigo, de señalarte errores y defectos para ayudarte a superarlos. A un amigo hay que dedicarle tiempo en directo. Repito, no creo que se puedan tener 500 amigos más o menos cercanos.”

Hasta aquí mis “Breves Palabras” del programa anterior, y desde aquí mis palabras de hoy que continúan el mismo tema preguntándose: ¿Qué es un amigo?

Según yo, un amigo o una amiga verdaderos son alguien con quien compartir sentimientos en libertad, pues una amistad condicionada sólo puede producir insatisfacción.

Por supuesto, cada amistad tiene su propio origen y sentido, sus pautas de conducta, sus claves particulares, sus ritmos y frecuencias y, en definitiva, su singularidad no transferible a otra amistad.

¿Por qué considero que la amistad es un sentimiento fundamental?: porque responde a la libre elección de las partes, en oposición a los vínculos familiares siempre predeterminados. Y sé, aunque no sea lo más frecuente, que dentro del ámbito familiar pueden nacer espontáneas y profundas amistades que superen los muchas veces impuestos sentimientos de la consanguineidad.

Aquí me detengo, para afirmar que cualquier pareja que decidiera establecer una convivencia debería fundarse en una sólida amistad capaz de resistir los vaivenes inevitables de la pasión, el deseo y el paso del tiempo. Así, en épocas de crisis, la amistad facilitaría el diálogo y las necesarias soluciones.

En definitiva, que amistades hay muchas y  muy variadas en sus matices, permisividades, grados de sentimientos e intimidades. Pero considero que el compromiso, la responsabilidad, la sinceridad y el cuidado son exigencias necesarias en cualquier amistad.

Lamentablemente, son muchos los individuos que huyen espantados al escuchar estos términos, y no quieren comprender que debería ser natural y elemental sentir que el compromiso es imprescindible para que exista una buena amistad en la que prevalezcan los sentimientos profundos.

¿Y en qué consiste ese compromiso?: en algo tan simple como responder sin condiciones y con responsabilidad a las necesidades del amigo. Y este compromiso y esta responsabilidad no pueden sentirse como una carga pesada.
Estar cuándo y dónde te necesite tu amigo o amiga para brindarle apoyo, compañía, cariño o, simplemente, estar en silencio sabiendo que valora tu presencia, y si es posible adelantarte a sus necesidades antes que tenga que requerirte, debe responder al deseo y al  placer de poder dar al  otro.  

Todo esto y mucho más equivale a ser comprometido, responsable con el compromiso adquirido por propia decisión y a causa de lo que sientes por tu amigo, y cuidadoso para que las necesidades del otro se cubran de manera efectiva.

Y en esta situación no puede ni debe haber ningún sentimiento de sacrificio ni de esfuerzo a reconocer, porque se supone que en una amistad verdadera tu amigo o amiga actuaría del mismo modo contigo y que, en caso de no ser así, simplemente se deberían  replantear los alcances reales del vínculo.

Por otro lado y sin lugar a dudas, una amistad sin sinceridad y en la que la mentira sea habitual no puede considerarse amistad.  Será, en todo caso, una relación de conveniencia sin sentimientos afectivos, o una manera de compañía circunstancial y superficial para evitar la soledad, o cualquier otra cosa menos una verdadera y profunda amistad.

Por último, reitero que un amigo no es precisamente quien siempre te complace y jamás te critica, pues la crítica constructiva de tu amigo puede ser estupenda para modificar errores y cambiar actitudes, y poder expresarle tus incertidumbres, tus miedos e inseguridades puede ser una posibilidad segura de que mediante la mutua reflexión lleguen ambos a auto conocerse y conocerse mejor.

No hay tiempo virtual ni real para tener 500 amigos auténticos. Claro que si es cuestión de cantidad y no de calidad, todo es posible.

La felicidad y los sentimientos suelen ser paradójicos o decididamente incomprensibles. Y lo racional sirve de poco en estos casos. ¿Dónde está la verdad?

Mis breves palabras son siempre, solamente, mi modesta verdad, lo que siento, lo que deseo experimentar o he experimentado, mis ideales posibles, mis expectativas  fundamentales, mi necesaria búsqueda de una armonía que justifique mi transitorio paso por esta vida en compañía de los demás.  Amando a los demás.

Siento así y no quiero dejar de apasionarme ni de conmoverme ni de equivocarme ni de apostar por las utopías.





 
Rogelio Echavarría

Las poesías de hoy tienen como protagonista al escritor colombiano, ROGELIO ECHAVARRÍA, nacido en Santa Rosa de Osos, Antioquía, en el año 1926.
Trabajó durante muchos años como periodista en los diarios El Espectador y El Tiempo de Bogotá; es miembro de la Academia Colombiana de la Lengua, y autor de un libro fundamental, “El Transeúnte”, de 1964, que ha sido objeto de continuas reediciones y del que leeré varias poesías.
Pero Rogelio Echavarría es para mí, sobre todo, un cálido y sensible amigo que me acogió en su familia, me protegió y me guió en todo momento durante  el tiempo que viví en Bogotá. 
A Rogelio Echavarría le dedico el programa de hoy.  



AMANECER

No me dejan dormir los pájaros
con su inocente algarabía
en el fresco ramaje de la madrugada
que toca levemente mi ventana.

Anoche se bebieron la luna
poco a poco -pico a pico-
y ahora regurgoritan a coro
sin batuta ni partitura.
Mi oído es un nido de gorjeos.

Sin embargo, yo trato de ponerme al día
con los prosaicos ruidos de la casa,
armando la agenda de mis afanes,
mis deudas y deberes,
asuntos insalvables, la derrota
del viaje y ya en la calle
la jornada sedienta.

Mientras en el eterno mar
de los dioses olímpicos
las islas recuperan su sitio.


OTRA MAÑANA

La ducha tibia, la afeitada lenta,
la ropa limpia y el café fragante,
el diario fresco, la ventana abierta…

El cuarto del hotel lleno de ausencias
y en el espejo infiel máscaras frías.

Igual a todos y distinto a todos
y distinto a mí mismo cada día.


PEQUEÑO NOCTURNO

La noche
-no hay luna que me lleve de la mano-
me abarca y abre el reino
donde yo seré el solo único.

Todas las cosas
se refugian bajo la tierra.
Allí el agua purga sus pecados
y los muertos abren los ojos.

Los amantes cambian sus cuerpos
y el silencio los hace iguales.
Los pájaros yacen, cansados
de sostener el cielo.


EL TRANSEÚNTE

Todas las calles que conozco
son un largo monólogo mío,
llenas de gentes como árboles
batidos por oscura batahola.
O si el sol florece en los balcones
y siembra su calor en el polvo movedizo,
las gentes que hallo son simples piedras
que no sé por qué viven rodando.
Bajo sus ojos -que me miran hostiles
como si yo fuera enemigo de todos-
no puedo descubrir una conciencia libre,
de criminal o de artista,
pero sé que todos luchan solos
por lo que buscan todos juntos.
Son un largo gemido
todas las calles que conozco.


EFÍMERO

Este insecto sonriente
no sabe que hay un día
y una noche siguiente.
Era todo y es nada
en la misma jornada.

(Habla de eternidad el hombre y, triste, sabe que sólo dura en cuanto existe…)


LA GOTA

No me hace feliz ser una gota en el mar.
Me hace feliz ser el mar.

(Sin saber cuál de tantas gotas soy yo)


SUEÑO DE HADAS

El que reparte sueños
se equivocó esta noche:
a mí tu paraíso,
a ti mi pesadilla.

Voy a ti con tu pétalo
y vienes con mi garra.


CITACIÓN

Te espero en el lugar
común llamado amor
o en la fosa común
llamada olvido.


NO OLVIDAN NUNCA SU CANCIÓN…

No olvidan nunca su canción
los pájaros
no aplanchan ni rebrillan su plumaje
no cambian de nido por los malos vecinos
no inventan nuevos picos para el amor
no se cansan de la misma compañera
no rompen nunca la rama en que se posan
no lucen hoy el ojo limpio del amigo
y mañana el turbio del enemigo
no enseñan a volar a sus polluelos
sino que los empujan tiernamente a las nubes
no necesitan más sabores que los del agua pura
o el de las frutas a la carta en sus gajos
dios hizo el maná para ellos y se contentan
con briznas de hierba o espaguetis de lombricillas
no se persignan porque nacieron benditos
no se enferman ni amanecen enguayabados
aunque duerman en un guayabo o en un borrachero
no usan despertador ni padecen de insomnio
nunca se quejan de su fragilidad
ni les temen a las aves de rapiña
sino que juegan inocentemente con ellas
aunque siempre salen perdiendo
tampoco huyen de los cazadores
porque creen como los niños
que las armas son de juguete
no cambian de color ni de bandada
no cumplen años ni van a entierros
no usan brújula ni almanaque
pero son los pregoneros del día
los emisarios de la primavera
jamás pierden el equilibrio
a nadie humillan con su feliz indiferencia
no protestan por los cambios del tiempo
aunque el frío los atortola
y siempre celebran con el aplauso de sus alas
el telón del crepúsculo
no lloran ni ríen pero tiemblan y arrullan
tampoco les cansa el viento
ni los destiñe la lluvia
no saben que las patrias separan en la tierra
lo que une el cielo
ignoran la existencia de los poetas y los filósofos
y que todos ellos viven de sus plumas
se acuestan sin ver la televisión
después de leer todos los paisajes
y prefieren olvidar dónde
dejaron su tumba en el aire.


LA FELICIDAD

Hay miríadas de seres en el universo
que son felices y no te conocen.

Millones de personas en la tierra
son felices e ignoran que existes.

Muchos también te han visto
y son felices sin amarte.

Y algunos que te amaron
disfrutan de un feliz olvido.

¿Por qué, pues, soy yo el único hombre
para quien tú eres toda la felicidad en el mundo?





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