LA AMISTAD
Mis breves palabras de hoy
parten de un párrafo que forma parte de lo que expresé en el último programa
del 10 de abril, cuando el tema era Internet.
Entonces decía que: “En
cierta ocasión, alguien alardeaba de tener 500 amigos gracias a las infalibles
redes sociales. Como considero imposible que nadie pueda tener ni atender a
tantos amigos, opté por no ser nunca su amigo 501. Para mí la amistad tiene un
carácter casi sagrado -continuaba diciendo entonces- pues la considero un
sentimiento fundamental que requiere compromiso, responsabilidad, sinceridad,
respeto, cuidado y mucho amor, para que pueda perdurar en el tiempo y sea capaz
de resistir y superar malentendidos de cualquier tipo. Un amigo no es el que
siempre te complace sino el que también es capaz, justamente porque te
considera su amigo, de señalarte errores y defectos para ayudarte a superarlos.
A un amigo hay que dedicarle tiempo en directo. Repito, no creo que se puedan
tener 500 amigos más o menos cercanos.”
Hasta aquí mis “Breves
Palabras” del programa anterior, y desde aquí mis palabras de hoy que continúan
el mismo tema preguntándose: ¿Qué es un amigo?
Según yo, un amigo o una
amiga verdaderos son alguien con quien compartir sentimientos en libertad, pues
una amistad condicionada sólo puede producir insatisfacción.
Por supuesto, cada amistad
tiene su propio origen y sentido, sus pautas de conducta, sus claves
particulares, sus ritmos y frecuencias y, en definitiva, su singularidad no transferible
a otra amistad.
¿Por qué considero que la
amistad es un sentimiento fundamental?: porque responde a la libre elección de
las partes, en oposición a los vínculos familiares siempre predeterminados. Y
sé, aunque no sea lo más frecuente, que dentro del ámbito familiar pueden nacer
espontáneas y profundas amistades que superen los muchas veces impuestos
sentimientos de la consanguineidad.
Aquí me detengo, para
afirmar que cualquier pareja que decidiera establecer una convivencia debería
fundarse en una sólida amistad capaz de resistir los vaivenes inevitables de la
pasión, el deseo y el paso del tiempo. Así, en épocas de crisis, la amistad
facilitaría el diálogo y las necesarias soluciones.
En definitiva, que amistades
hay muchas y muy variadas en sus
matices, permisividades, grados de sentimientos e intimidades. Pero considero que
el compromiso, la responsabilidad, la sinceridad y el cuidado son exigencias
necesarias en cualquier amistad.
Lamentablemente, son muchos
los individuos que huyen espantados al escuchar estos términos, y no quieren
comprender que debería ser natural y elemental sentir que el compromiso es
imprescindible para que exista una buena amistad en la que prevalezcan los
sentimientos profundos.
¿Y en qué consiste ese
compromiso?: en algo tan simple como responder sin condiciones y con
responsabilidad a las necesidades del amigo. Y este compromiso y esta
responsabilidad no pueden sentirse como una carga pesada.
Estar cuándo y dónde te
necesite tu amigo o amiga para brindarle apoyo, compañía, cariño o,
simplemente, estar en silencio sabiendo que valora tu presencia, y si es
posible adelantarte a sus necesidades antes que tenga que requerirte, debe
responder al deseo y al placer de poder
dar al otro.
Todo esto y mucho más
equivale a ser comprometido, responsable con el compromiso adquirido por propia
decisión y a causa de lo que sientes por tu amigo, y cuidadoso para que las
necesidades del otro se cubran de manera efectiva.
Y en esta situación no
puede ni debe haber ningún sentimiento de sacrificio ni de esfuerzo a reconocer,
porque se supone que en una amistad verdadera tu amigo o amiga actuaría del
mismo modo contigo y que, en caso de no ser así, simplemente se deberían replantear los alcances reales del vínculo.
Por otro lado y sin lugar
a dudas, una amistad sin sinceridad y en la que la mentira sea habitual no
puede considerarse amistad. Será, en
todo caso, una relación de conveniencia sin sentimientos afectivos, o una
manera de compañía circunstancial y superficial para evitar la soledad, o
cualquier otra cosa menos una verdadera y profunda amistad.
Por último, reitero que un
amigo no es precisamente quien siempre te complace y jamás te critica, pues la
crítica constructiva de tu amigo puede ser estupenda para modificar errores y
cambiar actitudes, y poder expresarle tus incertidumbres, tus miedos e
inseguridades puede ser una posibilidad segura de que mediante la mutua
reflexión lleguen ambos a auto conocerse y conocerse mejor.
No hay tiempo virtual ni
real para tener 500 amigos auténticos. Claro que si es cuestión de cantidad y
no de calidad, todo es posible.
La felicidad y los
sentimientos suelen ser paradójicos o decididamente incomprensibles. Y lo
racional sirve de poco en estos casos. ¿Dónde está la verdad?
Mis breves palabras son siempre, solamente, mi
modesta verdad, lo que siento, lo que deseo experimentar o he experimentado,
mis ideales posibles, mis expectativas
fundamentales, mi necesaria búsqueda de una armonía que justifique mi
transitorio paso por esta vida en compañía de los demás. Amando a los demás.
Siento así y no quiero
dejar de apasionarme ni de conmoverme ni de equivocarme ni de apostar por las
utopías.
Rogelio Echavarría
Las poesías de hoy tienen como protagonista al escritor colombiano, ROGELIO ECHAVARRÍA, nacido en Santa Rosa de Osos, Antioquía, en el año 1926.
Trabajó durante muchos
años como periodista en los diarios El Espectador y El Tiempo de Bogotá; es
miembro de la Academia Colombiana de la Lengua, y autor de un libro fundamental,
“El Transeúnte”, de 1964, que ha sido objeto de continuas reediciones y del que
leeré varias poesías.
Pero Rogelio Echavarría es
para mí, sobre todo, un cálido y sensible amigo que me acogió en su familia, me
protegió y me guió en todo momento durante el tiempo que viví en Bogotá.
A Rogelio Echavarría le
dedico el programa de hoy.
AMANECER
No me dejan dormir los
pájaros
con su inocente algarabía
en el fresco ramaje de la
madrugada
que toca levemente mi
ventana.
Anoche se bebieron la luna
poco a poco -pico a pico-
y ahora regurgoritan a
coro
sin batuta ni partitura.
Mi oído es un nido de
gorjeos.
Sin embargo, yo trato de
ponerme al día
con los prosaicos ruidos
de la casa,
armando la agenda de mis
afanes,
mis deudas y deberes,
asuntos insalvables, la
derrota
del viaje y ya en la calle
la jornada sedienta.
Mientras en el eterno mar
de los dioses olímpicos
las islas recuperan su
sitio.
OTRA MAÑANA
La ducha tibia, la
afeitada lenta,
la ropa limpia y el café
fragante,
el diario fresco, la
ventana abierta…
El cuarto del hotel lleno
de ausencias
y en el espejo infiel
máscaras frías.
Igual a todos y distinto a
todos
y distinto a mí mismo cada
día.
PEQUEÑO NOCTURNO
La noche
-no hay luna que me lleve
de la mano-
me abarca y abre el reino
donde yo seré el solo
único.
Todas las cosas
se refugian bajo la
tierra.
Allí el agua purga sus
pecados
y los muertos abren los
ojos.
Los amantes cambian sus
cuerpos
y el silencio los hace
iguales.
Los pájaros yacen,
cansados
de sostener el cielo.
EL TRANSEÚNTE
Todas las calles que
conozco
son un largo monólogo mío,
llenas de gentes como
árboles
batidos por oscura
batahola.
O si el sol florece en los
balcones
y siembra su calor en el
polvo movedizo,
las gentes que hallo son
simples piedras
que no sé por qué viven
rodando.
Bajo sus ojos -que me
miran hostiles
como si yo fuera enemigo
de todos-
no puedo descubrir una
conciencia libre,
de criminal o de artista,
pero sé que todos luchan
solos
por lo que buscan todos
juntos.
Son un largo gemido
todas las calles que
conozco.
EFÍMERO
Este insecto sonriente
no sabe que hay un día
y una noche siguiente.
Era todo y es nada
en la misma jornada.
(Habla de eternidad el
hombre y, triste, sabe que sólo dura en cuanto existe…)
LA GOTA
No me hace feliz ser una
gota en el mar.
Me hace feliz ser el mar.
(Sin saber cuál de tantas
gotas soy yo)
SUEÑO DE HADAS
El que reparte sueños
se equivocó esta noche:
a mí tu paraíso,
a ti mi pesadilla.
Voy a ti con tu pétalo
y vienes con mi garra.
CITACIÓN
Te espero en el lugar
común llamado amor
o en la fosa común
llamada olvido.
NO OLVIDAN NUNCA SU
CANCIÓN…
No olvidan nunca su
canción
los pájaros
no aplanchan ni rebrillan
su plumaje
no cambian de nido por los
malos vecinos
no inventan nuevos picos
para el amor
no se cansan de la misma
compañera
no rompen nunca la rama en
que se posan
no lucen hoy el ojo limpio
del amigo
y mañana el turbio del
enemigo
no enseñan a volar a sus
polluelos
sino que los empujan
tiernamente a las nubes
no necesitan más sabores
que los del agua pura
o el de las frutas a la
carta en sus gajos
dios hizo el maná para
ellos y se contentan
con briznas de hierba o
espaguetis de lombricillas
no se persignan porque
nacieron benditos
no se enferman ni amanecen
enguayabados
aunque duerman en un
guayabo o en un borrachero
no usan despertador ni
padecen de insomnio
nunca se quejan de su
fragilidad
ni les temen a las aves de
rapiña
sino que juegan
inocentemente con ellas
aunque siempre salen
perdiendo
tampoco huyen de los
cazadores
porque creen como los
niños
que las armas son de
juguete
no cambian de color ni de
bandada
no cumplen años ni van a
entierros
no usan brújula ni
almanaque
pero son los pregoneros
del día
los emisarios de la
primavera
jamás pierden el
equilibrio
a nadie humillan con su
feliz indiferencia
no protestan por los
cambios del tiempo
aunque el frío los
atortola
y siempre celebran con el
aplauso de sus alas
el telón del crepúsculo
no lloran ni ríen pero tiemblan
y arrullan
tampoco les cansa el
viento
ni los destiñe la lluvia
no saben que las patrias
separan en la tierra
lo que une el cielo
ignoran la existencia de
los poetas y los filósofos
y que todos ellos viven de
sus plumas
se acuestan sin ver la
televisión
después de leer todos los
paisajes
y prefieren olvidar dónde
dejaron su tumba en el
aire.
LA FELICIDAD
Hay miríadas de seres en
el universo
que son felices y no te
conocen.
Millones de personas en la
tierra
son felices e ignoran que
existes.
Muchos también te han
visto
y son felices sin amarte.
Y algunos que te amaron
disfrutan de un feliz
olvido.
¿Por qué, pues, soy yo el
único hombre
para quien tú eres toda la
felicidad en el mundo?
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario