LAS BREVES PALABRAS - XXVII




ZYGMUNT BAUMAN II: RELACIONES HUMANAS


Mis breves palabras del último programa se inspiraban en las teorías del sociólogo, filósofo y ensayista polaco, nacido en 1925, ZYGMUNT BAUMAN, Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2010. En esa ocasión mi tema fue la identidad, partiendo de los conceptos expuestos por Bauman en su libro, de 1999, “Modernidad líquida”.


 Zygmunt Bauman

Hoy, mis breves palabras parten de otro de sus libros, “Amor líquido: acerca de la fragilidad de los vínculos humanos”, de 2005, y de las siguientes reflexiones del sociólogo y filósofo polaco que dice: “En una vida de continua emergencia, las relaciones virtuales superan fácilmente lo real.  Aunque es ante todo el mundo “off line” el que impulsa a los jóvenes a estar constantemente en movimiento, tales presiones serían inútiles sin la capacidad electrónica de multiplicar los encuentros interpersonales, lo que le confiere un carácter fugaz, desechable y superficial.  Porque las relaciones virtuales están provistas de las teclas “suprimir” y “spam” que protegen de las “pesadas consecuencias”(entre comillas) de la interacción en profundidad.”

Y es que según yo, que coincido con Bauman, una relación en profundidad no puede ser fugaz, desechable y superficial, menos aún si nos referimos a una relación de amistad.

Pero la realidad se impone, y es bastante frecuente el rechazo a cualquier exigencia de compromiso que implique continuidad, verdadero interés y responsabilidad en el trato hacia el otro, única manera de construir una amistad profunda que necesita del mutuo conocimiento para desarrollarse.

Y esto no se consigue con mensajes esquemáticos y fugaces que se reemplazan y se olvidan con más mensajes esquemáticos y fugaces.

Por supuesto, rebelarse contra la inercia de esta manera de comunicación debe comenzar por la necesidad de reemplazarla, y tal necesidad debe ser la consecuencia de una imprescindible reflexión crítica.

Yo sé perfectamente que no quiero que mis días sean una sucesión de mensajes en clave sin el menor contenido y, por consiguiente, sin la menor trascendencia. El hastío me vencería muy pronto. Y por esta razón no necesito cambiar mi  antiguo teléfono móvil, que sólo utilizo en casos de fuerza mayor, pues no quiero estar conectado a Internet cuando estoy fuera de casa, ni necesito comprobar mi correo mientras hago un viaje de placer, ni quiero ver una película mientras camino por la calle, ni me entusiasman los juegos on line mientras alguien me habla…

En definitiva, que no quiero estar conectado a nada virtual y detesto que los cables invadan mi fisonomía exterior y mucho más que invadan mi espacio interior. Estoy acostumbrado a elegir cada vez que puedo, pues no siempre es posible, y continuaré eligiendo para poder ejercer mi libertad.

Nunca me he sentido obligado por lo que se lleva ni por lo que debe ser y he podido sobrevivir sin demasiadas imposiciones, respetando a los demás y respetado por los demás. Además, nunca he pretendido imponer mis criterios.

De manera que sigo y seguiré creyendo en las relaciones desconectadas porque prefiero el contacto humano. Porque quiero ver como salen las palabras de las bocas, y cómo se suceden los gestos durante una conversación, y valoro los silencios compartidos que tanto pueden expresar, y la cercanía física  de las personas.

Porque quiero conocer y descubrir los sentimientos que se expresan con la mirada, y percibir la cercanía de las manos que se expresan con su propio idioma.

La vida palpita en el aire, en las calles, en los caminos, en la naturaleza silenciosa, en la charla relajada con amigos, en la buena música compartida, en las múltiples formas de la creatividad, en la acción de saber dar y recibir, en la imaginación.
  
Me he referido, nuevamente, al sociólogo, filósofo y ensayista polaco Zygmunt Bauman, una persona comprometida con el cambio que todos necesitamos para crear un mundo mejor.







 María Clara González


Las poesías de hoy son de MARÍA CLARA GONZÁLEZ, poeta colombiana nacida en Bogotá en 1952.



CORCELES DE FUEGO

¡Mi corazón
amo de naufragios
no sabe cómo sobrevivir a la esperanza!




DESAMOR

Las razones
que tuve para amarte
se borraron anoche
en la tormenta.

Quedé limpia.

Tu olor a huésped
voluptuoso en mis entrañas
se enredó con la lluvia
y se marchó.




DESASOSIEGO

1
 

Me siento extraña.

Percibo el ruido
del tiempo que camina
por mi piel.

2
 

Siento miedo
de acercarme al instante
en que la red se rompa
y el torrente impreciso
no fluya más en mí.




EN LA ESTACIÓN DEL SUEÑO

Tu llovizna y mi niebla.
Tu júbilo y mis ojos.
Tus ojos y mi vientre.
Mis manos y tu cuerpo.

En esta estación de un solo sueño
mi entrega de agua transparente.

Tu fuego
espiral en mis entrañas.




ENCUENTRO

Si la vida
nos regala otro encuentro
te dejaré ser tú
seré
sencillamente yo.

Escucharé
la melodía
de tu música
y la mía
cuando se unan.




HUELLA

Esta noche visitaré tu sueño
entraré silenciosa
disfrazada de ola o de tormenta
de lluvia o de gaviota.
Caminaré tu adentro y arribaré a tu playa.

Cuando despiertes
recordarás a aquella
que compartió contigo
tus "Saudades".





MÁSCARA

Esta mañana fue difícil
colocarme la máscara.
No lograba encajarla conmigo.
Tal vez llegó el momento
de cambiarla.





NOSOTROS

Tu olor a hombre
pasea por mi cuerpo.
Tus manos ásperas
calientes
seguras.
Mi abandono mi éxtasis.

El tuyo.




OLVIDO

Por fin crucé la puerta
que confunde
recuerdos con cenizas.
Tu silueta se yergue
ante mí
estática
vacía.

Hoy
ya me fue imposible
recobrar tu sonrisa.




ORACIÓN

Este manantial de caricias
no morirá jamás.

Será -después de la partida-
paloma
viento
incienso
arena de desierto.




PACTO

Por si acaso llovizna por tu calle
y quieres secar tu cuerpo
entre mis brazos.

Por si el silencio te acomete
y recuerdas el lenguaje extraño
que aprendiste a mi lado.

Por si regresas
a humedecer de lunas los recuerdos.

Por si el trópico te reclama impaciente
entre sus verdes.

O por si acaso es de noche en tu morada
dejaré la puerta abierta.


 

POEMA DEL DESENCANTO


Una tarde cualquiera
con la brisa
llegó para quedarse.

Me tomó de la mano.

Buscó abrigo
en mi sangre
se prendó de mi piel
perfumó mi tibieza.

Con su soplo de hielo
me consume.




QUÉDATE EN MÍ

Ya no luches contigo
guerrero trashumante.
Quédate en mí.

Escucha la canción
que susurran mis manos y mis senos.

Aprisiona la ternura.
 
Apacigua mi arena
ansiosa de mar.





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