El blog “LAS BREVES PALABRAS” se inició el 13 de noviembre de 2014, mientras que el de “LA BUSQUEDA INCESANTE” lo hizo el 11 de marzo de 2015.
Nuestro agradecimiento para las 25.650 personas, de los más inesperados lugares del planeta, que han demostrado su interés y continúan haciéndolo.
MARIO FOURNIER y RUBÉN PECORARI
SOMOS EL FUTURO - V
TANTA SOLEDAD
Todo comenzó una mañana de cualquier día, cuando se decidió a imaginar, porque imaginando se lo pasa mejor le había dicho La Mary. Y la Mary sonreía con frecuencia sin tener motivos.
No era fácil comenzar. Es que si no hay costumbre… Si todo es como es y nada más, siempre igual. Pero poco a poco, día tras día, probando y jugando lo fue transformando todo. Al principio, recordó las figuras recortables de la infancia a las que se les podía cambiar la vestimenta. Después, no satisfecha, les modificó caras y gestos y, con un esfuerzo adicional, intentó cambiarles ideas y palabras. Hasta que comprobó la terrible evidencia: la insensibilidad y la inteligencia perezosa eran inmodificables. De manera que la apariencia de los otros podía responder a los designios de su imaginación, pero sentían y pensaban como siempre. Y lo peor es que decían lo que pensaban y sentían.
La Mary, que sonreía con frecuencia sin tener motivos, le confió que ella detestaba a la gente conectada por eso del diálogo y la comunicación, pero que al fin había elegido la imaginación que funcionaba mejor en silencio o con una suave música de fondo. Así se podían ignorar las palabras innecesarias. Además, se había convencido que lo del diálogo y la comunicación era de otra época y había que sobrevivir. Lo de la imaginación también es una antigüedad pero ellos no se enteran, intentó convencerla La Mary.
Han pasado algunos años. Los inevitables, los que al fin consiguen opacar la imaginación más osada, y también la más experimentada. Los recortables de la infancia pertenecen al olvido. En el silencio, antes o después, se va instalando la soledad.
POCO ANTES DEL FINAL - I
Quiero escribirte sin palabras
porque quiero contarte los silencios
que asoman sus soledades
en cada esquina, esperando a nadie,
en este final que nos acosa,
que es inevitable, que jamás compartiremos.
Cierra los ojos, el pasado ha muerto,
ya es tarde para imaginar absurdos futuros.
Déjame desnudarte, bríndame tu calor más íntimo,
tus olores, las pulsiones de la sangre ansiosa,
y penétrame el alma que te ofrezco.
Habitémonos unos instantes sin inútiles promesas.
Sólo quiero contarte los silencios
que asoman sus soledades en cada esquina,
esperando a nadie en este final que nos acosa.
POCO ANTES DEL FINAL - II
Los ocres del otoño ya no existen,
los torrentes del cielo arrasan la memoria
y tu y yo y todos los otros nos inventamos
vanas esperanzas sin razón ni sentido,
porque los horizontes arden cada vez más cerca.
POCO ANTES DEL FINAL – III
Hay un cielo estático, paralizado,
dispuesto a quedarse para siempre
derramado en su rotundo silencio.
Silencio, todo es un rotundo silencio
que ya, tal vez, nunca se modifique
decretado por una muerte estática,
sin matices, sin emociones, sola.
Y no habrá nadie que admire los blancos
que se dibujan en el aire monótono
con infinita indiferencia, con rutina.
Porque es que todo ha terminado.
Una inesperada bola de fuego
se escabulle velozmente tras el horizonte.
Al fin todo ha terminado, hasta la tristeza.
Qué sentido tiene el sufrimiento
si al fin todos nos moriremos,
antes o después sin excepciones.
Nos queda la incertidumbre
de vidas eternas en cielos impecables,
de dioses que premian virtudes
y castigan los placeres de la piel,
la imaginación, el deseo, la pasión.
Somos oficialmente mortales y pecadores,
disfrutemos sin temor de nuestras limitaciones.
.
En cada ser humano la necesidad de conectar y a pesar de todo saberse solo. La aceptación de la imposibilidad de conseguir cambiar en los otros aquello que le hiere, lo que no comprende de los demás.
ResponderEliminarDe ahí silencio, y soledad, aislamiento
Sin embargo la aceptación de esos límites entre ellos su mortalidad, le acercan a su juicio como ser trascendente.Tal vez un Dios nos considere con nuestras limitaciones.
Vivamos el presente, con esas certezas: las de nuestra soledad y nuestros silencios , y aún así la realidad de vivir un acercamiento íntimo y real con otro, tan cierto cómo el sufrimiento y la muerte.
Es mi apreciación personal, lo que yo he sentido al leer está introducción de La Mari y los poemas.
No son palabras vacías, sino todo lo contrario.
Seguramente me llevarán a muchos más sentimientos.
Palabras breves, profundas.
Las ilustraciones igualmente me llevan a una realidad difícil, con sus profundidades y sus ascensiones.
Gracias a los dos