REFLEXIONES SEXUALES PARA
BARRER EL JARDÍN
Según sean los dogmas,
las filosofías o las morales de cada época, así se considera y expresa
el sexo. Suponiendo que el sexo sea una manera de expresión, y yo lo creo. Una expresión
que depende de muchas otras complementarias que pueden exaltarlo o deprimirlo.
Aunque el sexo sea el
objetivo prioritario de un momento siempre habrá que valorar los complejos
mecanismos que influyen en el logro del placer. Porque se supone que con el sexo
o con la práctica de la actividad sexual, para ser más técnico, preciso,
académico y formal, se pretende alcanzar el placer o al menos algún tipo de
satisfacción sensorial que en este caso sería, obviamente, sexual. Y punto,
pues si me sigo enredando en reflexiones y definiciones es posible que el sexo
pierda su razón de ser, que para algunos es un trámite en beneficio de la
expansión de la discutible especie humana, y para otros una gimnasia más o
menos rítmica y entretenida. Y muchas cosas más. Porque el sexo es muchas cosas
más entre las dos situaciones que acabo de citar.
Versión de "Leda y el cisne" (Paolo Veronese, 1570).
Por ejemplo, el sexo puede
facilitar el conocimiento profundo entre dos personas, o entre tres o cuatro y
al mismo tiempo. En el caso de ser más
de cuatro los participantes del conocimiento se corre el riesgo de fracasar por
dispersión. Pero bueno, las multitudes pueden tener su gracia y también
producir dolor de cabeza, según los días. En fin, que el tema tiene sus
vericuetos, tendencias y contradicciones.
Se me ocurrió pensar en
todo esto mientras barría el jardín, actividad que me divierte muy poco y me condujo
a enumerar qué puede ser o cómo puede ser el sexo; con quién puede ser y para
qué puede ser el sexo.
El sexo puede ser una
curiosidad sana o malsana, una manía, una obsesión, una rutina, un deporte, una
costumbre, un sentimiento perverso, un entretenimiento, una noche de insomnio,
una forma de dominio y poder, un capricho, una sucesión de mentiras, dos
minutos…
Versión de "Apolo y Jacinto" (Nicolas-Rene Jollain, 1769).
El sexo también puede ser
alegre, brutal, morboso, orgiástico, ingenuo, temeroso, estúpido, fantasioso, tosco,
banal, bello, furtivo, engañoso, tierno, ritual, primitivo, egoísta, delicado…
La lista parece resultar demasiado
extensa para una acción bastante simple en sus mecanismos. Pues el acto sexual
básico, quiero decir sin preámbulos, romanticismos ni idealizaciones, se
produce por vías esencialmente limitadas. Lo que cada uno de los participantes
pueda imaginar ya es otra historia.
¿Y con quién puede ser o entre
quiénes puede ser el sexo? Hasta el momento, la combinación entre hombres y
mujeres (clasificados heteros) ha sido la más acreditada, aceptada y promovida
con la sagrada excusa de la familia típica y el futuro de la sociedad.
Versión de "Pareja sentada junto al panel de la puerta abierta" (Katsukawa Shunsho, 1780).
En los últimos tiempos, la
superpoblación y el desgaste de los valores tradicionales han conducido a otras
opciones como las familias monoparentales o las conformadas por dos integrantes
del mismo sexo, en numerosos casos con hijos propios o concebidos mediante la
subrogación. De manera que las combinaciones sexuales entre hombres y hombres,
y entre mujeres y mujeres (clasificados homos) si bien se han producido desde la
más remota antigüedad, con adhesiones y rechazos, hipocresías y simulaciones,
en la actualidad van siendo aceptadas, no aún sin reparos, por un creciente número
de personas.
Y no pueden faltar en esta
didáctica información aquellos que se supone arrasan con lo que se les cruza en
el camino (clasificados bi), y que despiertan incomprensión y a veces presumo
que hasta una cierta envidia por parte de los otros grupos.
Versión de "Bacchanalia" (Auguste Levêque, 1890).
No debo olvidar en esta
galería a una enorme mayoría solitaria y ensimismada que se combina
prioritariamente consigo misma, participa a veces de cualquiera de los grupos
ya citados y no recibe ninguna clasificación específica, aunque pueda ser clasificada de manera despectiva.
Para finalizar, mencionar las
combinaciones entre personas y bichos de diversas especies, entre personas y
objetos de variadas calidades, utilidades y consistencias, y entre personas
espacios y lugares imprevisibles.
¿Para qué puede ser el
sexo?, me pregunté entonces entre barrida y barrida. Lo de la reproducción de
la especie ya lo he especificado y no necesita ampliación. En cuanto al
conocimiento mutuo, este puede enriquecer una amistad o destruirla sin piedad,
ya que la profundización de la intimidad puede enfrentarnos con realidades que
antes, desde una prudente distancia, no eran evidentes y mucho menos deseables.
Versión de "El abrazo" (Egon Schiele, 1917).
El sexo sirve en muchos,
demasiados casos, sólo para aliviar tensiones genitales sin que importe en
absoluto la forma, el lugar, las circunstancias, el nivel de conocimiento, la
ética, la elegancia, el precio o las consecuencias. Y el sexo puede valer
también como una disposición y reválida de la potencia masculina; como supuesto
compromiso de futuro; como apuesta y desafío; como secreta complicidad; como
unidad física y espiritual (aunque se practique poco); como placer
gratificante, sincero y divertido; como manifestación amorosa plena, libre y creativa, etcétera, etcétera y más
etcéteras pues con seguridad me falta citar otros casos y combinaciones.
Conclusión inmediata
después de releer lo escrito hasta aquí: el sexo sí es una manera de expresión y con múltiples facetas
que nos permiten elegir, combinar, matizar, dar y recibir amor, placer,
amistad, intercambiar desde los sentimientos más delicados hasta los más
frenéticos y apasionados…
Versión de "Perspective" (Tamara de Lempicka, 1923).
Y sea usted quién sea, provenga de dónde provenga y vaya hacia dónde vaya sea usted decididamente libre. No permita que le impongan ninguna clasificación, ni hetero, ni homo, ni bi, ni activo ni pasivo, ni masculino ni femenino, simplemente sea lo que sienta ser en cada situación, con cada persona, con usted mismo. Y practique una regla ética, moral y religiosa fundamental: el respeto consciente y decidido hacia usted y hacia cada uno de los demás.
En definitiva, tener
jardín propio en esta época es un privilegio, y hasta barrerlo puede tener su
gracia pues se puede amenizar la rutina pensando en el sexo.
LAS MANOS DE LA AMISTAD Y
DEL PLACER
El instinto sexual no es
nada más que la voluntad absoluta de vivir.
Arthur Schopenhauer.
Siempre he percibido las
manos como poderosos conductores de comunicación. Las manos que rozan levemente
sugiriendo posibles ternuras. Las manos que cuentan y dialogan sin palabras.
Las manos que se detienen sobre la piel que recibe breves pero intensas tibiezas que se acercan, se detienen un breve
momento y parten anunciando volver.
La presencia de las manos
siempre es única. El tacto de las manos siempre es intransferible porque no
existen dos pieles iguales. Cuando por fin las manos deciden quedarse se tornan
minuciosas y decididas. Necesitan palpitar sin limitaciones, ajenas al pudor
para poder investigar, imaginar e inventar nuevas sensaciones. Para experimentar y colonizar los
espacios más recónditos. Para fundar y compartir el placer.
Y hay manos que ayudan a
los que están solos. Aislados hasta de su propio cuerpo, excluidos hasta de su
propio sexo. Son manos dispuestas para acompañar, para ayudar a las personas con
discapacidad y facilitarles el disfrute sensorial y sexual.
Estas manos tienen una
sensibilidad especial. No deben actuar sin transmitir y recibir amor. No pueden
proceder por caridad ni deben mecanizarse. Cumplen una importante función
social muy poco reconocida.
Se habla muy poco de
los/las asistentes sexuales. Se opta por ignorarlos del mismo modo que la
sociedad ignora las carencias sexuales de las personas con discapacidad física o
psíquica. En España no hay normativas que apoyen esta actividad; en Suiza está
legalizada.
Hoy quiero destacar la
labor de estas personas comprometidas que trabajan para ayudar a otros a
sentir.
TRANSEXUALIDAD Y
VIDEOJUEGOS
El título es llamativo y
seguramente atraerá la atención de los perezosos que leen poco, rápido y mal,
adictos a los habituales listados al estilo de 10 maneras de no fruncir el
ceño, 15 formas de obtener un orgasmo espontáneo y duradero o 7 gemidos diferentes
para expresar placer.
Pero tranquilo/a, no se
tropiece con las palabras. El título en cuestión no quiere decir que si usted
es un fanático empedernido de los videojuegos sufra, sin decidirlo ni desearlo
y como consecuencia de su obsesiva adicción, un imprevisto cambio de género con
inoportunas y abruptas vellosidades en zonas inadecuadas o evidentes cambios
tonales en sus emisiones vocales, entre otras muchas transformaciones. No, por
supuesto que por el momento no es así. Existe la posibilidad de que usted vaya
perdiendo muchas de sus capacidades cognitivas, que deje de relacionarse con su
entorno, que sus gestos se vuelvan hieráticos, que disminuya su capacidad
craneal, pero cambio de género, por ahora, nada de nada.
Es que en realidad lo que
quiero contar aquí trata sobre las últimas decisiones de la OMS (Organización
Mundial de la Salud), que ha quitado de la lista de enfermedades mentales la
transexualidad y ha incorporado el uso abusivo de los videojuegos
considerándolo un desorden del comportamiento.
En fin, que las
organizaciones internacionales de amplia influencia social tardan en
actualizarse, pero al fin lo consiguen. En esta ocasión, para beneficio del respeto y la autoestima
transexual, y como alerta para los que han renunciado a vivir la realidad
inmediata sin prever consecuencias a
corto o largo plazo.
CUATRO POESÍAS ERÓTICAS DE MARIO FOURNIER
"Dos" - Rubén Pecorari.
DOS - I
Brilla en la oscuridad
cincelado con sangre.
Parece que respira
cuando late con ansias
buscando la mitad
que lo recibe,
que lo incita y lo atrae,
que acelera la sangre
y los latidos.
Se detiene y avanza,
se deja envolver
y es contenido,
y se estremece y busca
cuando late con ansias.
Y avanza y se detiene.
Y avanza y se estremece
y busca una vez más
el límite final
que se aproxima.
Y otra vez se detiene
para latir con ansias
y vislumbrar la cima.
Para dejarse penetrar
por el vacío inevitable.
Para aceptar la soledad.
Y avanza sin retorno
cuando la oscuridad toda
parece derramarse
en un grito de sangre.
"Dos - I" - Rubén Pecorari.
DOS - II
Dulce tensión
de labios entreabiertos,
sabor de rincones
que se escurren,
mesetas quietas
y abismos turbulentos
que retornan a la luz
y se sosiegan, dóciles,
cuando la dulce tensión
detiene el tiempo,
o comienza a crecer
y penetra los labios
y vuelve a los rincones
y se abisma en mesetas
y rechaza el sosiego
y se escurre entreabierta.
"Dos - II" - Rubén Pecorari.
DOS - III
Detener las razones,
evitar las palabras,
disfrutar en el goce
la esencia que palpita
para ofrendarla pura
al legítimo dios
que santifica los placeres,
une cuerpos y almas,
bendice la alegría del deseo,
rechaza las penurias de la culpa
y conoce el dolor y la pasión
de los mortales.
"Dos - III" - Rubén Pecorari.
DOS - IV
Celebrar
la mística oración
de ese incierto gemido,
poderoso y total,
que no es llanto ni risa,
que funde y que libera,
paraliza las metas,
se expande infinito,
y en perfecta armonía
sostiene
los puntos cardinales
del planeta.
"Dos - IV" - Rubén Pecorari.
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