LAS BREVES PALABRAS XLII




REFLEXIONES SEXUALES PARA BARRER EL JARDÍN


Según sean los dogmas, las filosofías o las morales de cada época, así se considera y expresa el sexo. Suponiendo que el sexo sea una manera de expresión, y yo lo creo. Una expresión que depende de muchas otras complementarias que pueden exaltarlo o deprimirlo.

Aunque el sexo sea el objetivo prioritario de un momento siempre habrá que valorar los complejos mecanismos que influyen en el logro del placer. Porque se supone que con el sexo o con la práctica de la actividad sexual, para ser más técnico, preciso, académico y formal, se pretende alcanzar el placer o al menos algún tipo de satisfacción sensorial que en este caso sería, obviamente, sexual. Y punto, pues si me sigo enredando en reflexiones y definiciones es posible que el sexo pierda su razón de ser, que para algunos es un trámite en beneficio de la expansión de la discutible especie humana, y para otros una gimnasia más o menos rítmica y entretenida. Y muchas cosas más. Porque el sexo es muchas cosas más entre las dos situaciones que acabo de citar.


Versión de "Leda y el cisne" (Paolo Veronese, 1570).


Por ejemplo, el sexo puede facilitar el conocimiento profundo entre dos personas, o entre tres o cuatro y al mismo tiempo.  En el caso de ser más de cuatro los participantes del conocimiento se corre el riesgo de fracasar por dispersión. Pero bueno, las multitudes pueden tener su gracia y también producir dolor de cabeza, según los días. En fin, que el tema tiene sus vericuetos, tendencias y contradicciones.

Se me ocurrió pensar en todo esto mientras barría el jardín, actividad que me divierte muy poco y me condujo a enumerar qué puede ser o cómo puede ser el sexo; con quién puede ser y para qué puede ser el sexo.

El sexo puede ser una curiosidad sana o malsana, una manía, una obsesión, una rutina, un deporte, una costumbre, un sentimiento perverso, un entretenimiento, una noche de insomnio, una forma de dominio y poder, un capricho, una sucesión de mentiras, dos minutos…


Versión de "Apolo y Jacinto" (Nicolas-Rene Jollain, 1769).


El sexo también puede ser alegre, brutal, morboso, orgiástico, ingenuo, temeroso, estúpido, fantasioso, tosco, banal, bello, furtivo, engañoso, tierno, ritual, primitivo, egoísta, delicado…

La lista parece resultar demasiado extensa para una acción bastante simple en sus mecanismos. Pues el acto sexual básico, quiero decir sin preámbulos, romanticismos ni idealizaciones, se produce por vías esencialmente limitadas. Lo que cada uno de los participantes pueda imaginar ya es otra historia.

¿Y con quién puede ser o entre quiénes puede ser el sexo? Hasta el momento, la combinación entre hombres y mujeres (clasificados heteros) ha sido la más acreditada, aceptada y promovida con la sagrada excusa de la familia típica y el futuro de la sociedad. 


Versión de "Pareja sentada junto al panel de la puerta abierta" (Katsukawa Shunsho, 1780).


En los últimos tiempos, la superpoblación y el desgaste de los valores tradicionales han conducido a otras opciones como las familias monoparentales o las conformadas por dos integrantes del mismo sexo, en numerosos casos con hijos propios o concebidos mediante la subrogación. De manera que las combinaciones sexuales entre hombres y hombres, y entre mujeres y mujeres (clasificados homos) si bien se han producido desde la más remota antigüedad, con adhesiones y rechazos, hipocresías y simulaciones, en la actualidad van siendo aceptadas, no aún sin reparos, por un creciente número de personas. 

Y no pueden faltar en esta didáctica información aquellos que se supone arrasan con lo que se les cruza en el camino (clasificados bi), y que despiertan incomprensión y a veces presumo que hasta una cierta envidia por parte de los otros grupos.


 Versión de "Bacchanalia" (Auguste Levêque, 1890).


No debo olvidar en esta galería a una enorme mayoría solitaria y ensimismada que se combina prioritariamente consigo misma, participa a veces de cualquiera de los grupos ya citados y no recibe ninguna clasificación específica, aunque  pueda ser clasificada de manera despectiva.

Para finalizar, mencionar las combinaciones entre personas y bichos de diversas especies, entre personas y objetos de variadas calidades, utilidades y consistencias, y entre personas espacios y lugares imprevisibles.

¿Para qué puede ser el sexo?, me pregunté entonces entre barrida y barrida. Lo de la reproducción de la especie ya lo he especificado y no necesita ampliación. En cuanto al conocimiento mutuo, este puede enriquecer una amistad o destruirla sin piedad, ya que la profundización de la intimidad puede enfrentarnos con realidades que antes, desde una prudente distancia, no eran evidentes y mucho menos deseables.


Versión de "El abrazo" (Egon Schiele, 1917).


El sexo sirve en muchos, demasiados casos, sólo para aliviar tensiones genitales sin que importe en absoluto la forma, el lugar, las circunstancias, el nivel de conocimiento, la ética, la elegancia, el precio o las consecuencias. Y el sexo puede valer también como una disposición y reválida de la potencia masculina; como supuesto compromiso de futuro; como apuesta y desafío; como secreta complicidad; como unidad física y espiritual (aunque se practique poco); como placer gratificante, sincero y divertido; como manifestación amorosa plena,  libre y creativa, etcétera, etcétera y más etcéteras pues con seguridad me falta citar otros casos y combinaciones.

Conclusión inmediata después de releer lo escrito hasta aquí: el sexo sí es una manera de expresión y con múltiples facetas que nos permiten elegir, combinar, matizar, dar y recibir amor, placer, amistad, intercambiar desde los sentimientos más delicados hasta los más frenéticos y apasionados…


Versión de "Perspective" (Tamara de Lempicka, 1923).


Y sea usted quién sea, provenga de dónde provenga y vaya hacia dónde vaya sea usted decididamente libre. No permita que le impongan ninguna clasificación, ni hetero, ni homo, ni bi, ni activo ni pasivo, ni masculino ni femenino, simplemente sea lo que sienta ser en cada situación, con cada persona, con usted mismo. Y practique una regla ética, moral y religiosa fundamental: el respeto consciente y decidido hacia usted y hacia cada uno de los demás.

En definitiva, tener jardín propio en esta época es un privilegio, y hasta barrerlo puede tener su gracia pues se puede amenizar la rutina pensando en el sexo.






LAS MANOS DE LA AMISTAD Y DEL PLACER


El instinto sexual no es nada más que la voluntad absoluta de vivir.
Arthur Schopenhauer.

Siempre he percibido las manos como poderosos conductores de comunicación. Las manos que rozan levemente sugiriendo posibles ternuras. Las manos que cuentan y dialogan sin palabras. Las manos que se detienen sobre la piel que recibe breves pero intensas tibiezas que se acercan, se detienen un breve momento y parten anunciando volver.

La presencia de las manos siempre es única. El tacto de las manos siempre es intransferible porque no existen dos pieles iguales. Cuando por fin las manos deciden quedarse se tornan minuciosas y decididas. Necesitan palpitar sin limitaciones, ajenas al pudor para poder investigar, imaginar e inventar nuevas  sensaciones. Para experimentar y colonizar los espacios más recónditos. Para fundar y compartir el placer.




Y hay manos que ayudan a los que están solos. Aislados hasta de su propio cuerpo, excluidos hasta de su propio sexo. Son manos dispuestas para acompañar, para ayudar a las personas con discapacidad y facilitarles el disfrute sensorial y sexual.

Estas manos tienen una sensibilidad especial. No deben actuar sin transmitir y recibir amor. No pueden proceder por caridad ni deben mecanizarse. Cumplen una importante función social muy poco reconocida.




Se habla muy poco de los/las asistentes sexuales. Se opta por ignorarlos del mismo modo que la sociedad ignora las carencias sexuales de las personas con discapacidad física o psíquica. En España no hay normativas que apoyen esta actividad; en Suiza está legalizada.

Hoy quiero destacar la labor de estas personas comprometidas que trabajan para ayudar a otros a sentir.





TRANSEXUALIDAD Y VIDEOJUEGOS


El título es llamativo y seguramente atraerá la atención de los perezosos que leen poco, rápido y mal, adictos a los habituales listados al estilo de 10 maneras de no fruncir el ceño, 15 formas de obtener un orgasmo espontáneo y duradero o 7 gemidos diferentes para expresar placer.

Pero tranquilo/a, no se tropiece con las palabras. El título en cuestión no quiere decir que si usted es un fanático empedernido de los videojuegos sufra, sin decidirlo ni desearlo y como consecuencia de su obsesiva adicción, un imprevisto cambio de género con inoportunas y abruptas vellosidades en zonas inadecuadas o evidentes cambios tonales en sus emisiones vocales, entre otras muchas transformaciones. No, por supuesto que por el momento no es así. Existe la posibilidad de que usted vaya perdiendo muchas de sus capacidades cognitivas, que deje de relacionarse con su entorno, que sus gestos se vuelvan hieráticos, que disminuya su capacidad craneal, pero cambio de género, por ahora, nada de nada.




Es que en realidad lo que quiero contar aquí trata sobre las últimas decisiones de la OMS (Organización Mundial de la Salud), que ha quitado de la lista de enfermedades mentales la transexualidad y ha incorporado el uso abusivo de los videojuegos considerándolo un desorden del comportamiento.

En fin, que las organizaciones internacionales de amplia influencia social tardan en actualizarse, pero al fin lo consiguen. En esta ocasión, para  beneficio del respeto y la autoestima transexual, y como alerta para los que han renunciado a vivir la realidad inmediata sin prever consecuencias  a corto o largo plazo. 





 CUATRO POESÍAS ERÓTICAS DE MARIO FOURNIER



 "Dos" - Rubén Pecorari.



 DOS - I


 Brilla en la oscuridad
 cincelado con sangre.
 Parece que respira
 cuando late con ansias
 buscando la mitad
 que lo recibe,
 que lo incita y lo atrae,
 que acelera la sangre
 y los latidos.
 Se detiene y avanza,
 se deja envolver
 y es contenido,
 y se estremece y busca
 cuando late con ansias.
 Y avanza y se detiene.
 Y avanza y se estremece
 y busca una vez más
 el límite final
 que se aproxima.
 Y otra vez se detiene
 para latir con ansias
 y vislumbrar la cima.
 Para dejarse penetrar
 por el vacío inevitable.
 Para aceptar la soledad.
 Y avanza sin retorno
 cuando la oscuridad toda
 parece derramarse
 en un grito de sangre.



 "Dos - I" - Rubén Pecorari.


DOS - II

Dulce tensión
de labios entreabiertos,
sabor de rincones
que se escurren,
mesetas quietas
y abismos turbulentos
que retornan a la luz
y se sosiegan, dóciles,
cuando la dulce tensión
detiene el tiempo,
o comienza a crecer
y penetra los labios
y vuelve a los rincones
y se abisma en mesetas
y rechaza el sosiego
y se escurre entreabierta.



 "Dos - II" - Rubén Pecorari.


 DOS - III

 Detener las razones,
 evitar las palabras,
 disfrutar en el goce
 la esencia que palpita
 para ofrendarla pura
 al legítimo dios
 que santifica los placeres,
 une cuerpos y almas,
 bendice la alegría del deseo,
 rechaza las penurias de la culpa
 y conoce el dolor y la pasión
 de los mortales.



"Dos - III" - Rubén Pecorari.


DOS - IV

Celebrar
la mística oración
de ese incierto gemido,
poderoso y total,
que no es llanto ni risa,
que funde y que libera,
paraliza las metas,
se expande infinito,
y en perfecta armonía
sostiene
los puntos cardinales
del planeta.



"Dos - IV" - Rubén Pecorari.






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