LAS BREVES PALABRAS LIV

 


SOMOS EL FUTURO - II

 

PARA MATAR EL TIEMPO

 

Eso de no tener vacaciones justo cuando todos están disfrutando de no hacer nada, desparramados sobre la arena vuelta y vuelta, con las olitas ahí a dos pasos, y después una suculenta comilona, y la siesta, mejor con compañía, y así todos los días, claro…¡Qué envidia! ¡Si merecen que les llueva todos los días por cabrones! Porque mientras tanto yo aquí, pringado todo el verano, pálido como muchos de los que me tocan todos los días, siempre para lo mismo. L 548 o Fulanito de Tal o Fulanita de Tal, que no me acostumbro a eso de tener que diferenciarlos, por la puerta 3. Entonces la sonrisa, pase  por aquí, quítese la ropa allí, después venga conmigo, túmbese, coja aire… En fin, pura rutina, protocolo… Y después, ya hemos terminado y aquí tiene para limpiarse, puede vestirse y que pase el siguiente o la siguiente, que todavía me olvido de lo del género.

Por supuesto que aquí tenemos el aire y el calor ni lo notamos, hasta que salimos y a sudar. Bueno, que a pesar de todo se está mejor adentro, alguna ventaja tiene que haber. Pero la rutina de hacer siempre lo mismo, o mejor dicho el aburrimiento de hacer siempre lo mismo es lo que agobia.

Una mañana de tantas, no recuerdo exactamente cuándo, pero sé que estaba más animado después de una noche de ligue fácil, se me ocurrió un jueguito para ver si el tiempo pasaba más rápido. Enseguida me vino la imagen del Roscas, que no sé por qué lo apodábamos así, pero que recuerdo perfectamente que se divertía calculando cuánto tiempo le podía quedar a este o al otro, o la otra, perdón, según fueran las ojeras, el peso, el color de piel o los reflejos y titubeos de cada cual, y hasta ideó una especie de quiniela que llegó a ser bastante popular en la planta, menos entre los fruncidos de siempre que nos miraban con desprecio. Bah, que el Roscas era un poco bestia pero ingenioso, y dicen que lo denunció una de rayos que andaba loquita por él que pasaba de todas, tanto que al final, cuando lo echaron, terminamos pensando que era gay o algo peor. Es que entonces no estaba de moda lo de ser gay o bi o trans o qué sé yo. Ahora ya se sabe, los heteros somos una especie en extinción, con el beneficio de que tocan muchas mujeres para pocos tíos.

Volviendo a mi ocurrencia para matar el tiempo, esta consistía en mezclar las ecografías de los pacientes con la complicidad de otros aburridos como yo. De modo que mientras algunos vigilaban, yo me infiltraba cautelosamente en la oficina donde se ordenaba cada eco con su respectivo sobre, para mezclarlos e imaginar las primeras reacciones de los pacientes al comprobar que su inflamación benigna era un aparatoso cáncer de hígado o que de sus riñones apenas quedaba una leve sombra indiferenciable. Nos partíamos de risa sólo de pensarlo, y cuando a alguien se le escapaba una carcajada aparentemente incomprensible, los demás secuaces del jueguito apenas si podíamos contenernos. Bobadas para pasar mejor el tiempo, que no todos sabían entender. Porque a la empleada responsable de las ecos ensobradas la despidieron sin ningún miramiento, consecuencia que habíamos previsto pero que no nos preocupaba demasiado pues era extranjera de no sé dónde, y todos coincidíamos en que su puesto debía estar ocupado por un nativo como nosotros, que ya encontraría ella trabajo en su tierra.

Una vez depurada la irresponsable administrativa, decidimos parar el entretenimiento para no arriesgarnos demasiado. Y volvió el insoportable aburrimiento: pase por aquí, quítese la ropa allí, después venga conmigo, túmbese, coja aire… Mientras tanto, siempre había quien lo pasaba mejor en una playa soleada, con todo el tiempo del mundo a su disposición para no hacer absolutamente nada.

 


 

.

1 comentario:

  1. Tienes humor para hacer parodia de esto, me alegro.
    Particularmente ese trámite de venga conmigo, quítese la ropa, etc. me ha parecido siempre, odiosamente frío, cierto no están en ningún escenario, aunque ese chip robótico, no ayuda nada.
    Esa "maléfica" idea de cambiar radiografías, por pasar el rato, más de uno/a debe jugar a veces, créeme. Risas para muchos, menos para el que le toca la chunga.
    Hay muchas cosas en extinción, pero no importa, la gente está feliz así.
    Ahora otra cuestión, ese despido, era necesario ese apunte... ¿A ese punto hemos llegado?
    Cómo he dicho antes, me alegra tu buen humor, si te sirve de algo, yo tampoco tengo playa.
    Un beso grande.

    ResponderEliminar